2 de febrero
Linda Baril (Canadá)
La obra de Linda es una instalación hecha con manzanas, flores de jamaica y una pista sonora que aglutina los elementos para darles un sentido.
Dans tout le sens, “alrededor de todos los sentidos”, no sólo se refiere a las aptitudes del sujeto de percibir, por medio de los órganos corporales correspondientes, las impresiones de los objetos externos; introduce también la idea de sentido en cuanto entendimiento o razón, o sea que de paso alude a la inteligencia, a la dirección u orientación desde un determinado punto, al conocimiento con que se realizan algunas cosas (escribir con sentido), al juicio que se hace de otras, a cada una de las variables imperativas que puede admitir una proposición y a la larga a la razón de ser, a la finalidad.
Dans tout le sens nombre afortunado que insinúa múltiples lecturas e inaugura el espacio de una obra abierta. Se trata de una instalación insi tu, , a partir de las dimensiones y condiciones del lugar y no preconcebida para luego ser adecuada a él. Imágenes, texturas, olores, sabores y sonidos se ofrecen a los sentidos, en efecto, como una experiencia sensorial que promueve reflexiones y evocaciones de diverso género, proceso en el cual es fácil toparse con una no muy discreta carga erótica que proviene de manzanas cuyos cortes recuerdan vaginas, mientras por otra parte se somete al paso del tiempo a pieles o cáscaras y flores de jamaica cuyo color practica sus propias sugerencias, todo ello en tránsito a la oxidación, a una condición marchita que pretende dar cuenta menos de la degradación que del cambio y de cómo éste modifica no sólo el propio estado del objeto sino el de los otros objetos, al conjunto todo y a las renovadas percepciones de él como si se intentara de un modo adyacente referir a un modelo del efecto mariposa y a la vieja teoría de las correspondencias.
En realidad el tema es polivalente, aunque subyace en él una visión humanista, una actitud reflexiva y prepositiva que busca afirmar la dignidad y el valor de la persona, la posibilidad de que esta viva con sencillez, de que advierta el capital que representan sus sentidos y que lo invierta a propósito de enriquecer su mundo a partir de aprovechar sus percepciones, inicialmente las propias de los sentidos, que extensivamente se traduce en nociones de realidad, en conciencia. Para Linda Baril, su objeto es la conciencia, que integra los estímulos sensoriales a partir de hechos y objetos, para transformarlos en experiencia útil. Sus intenciones no son, en principio, morales, por lo menos no en cuanto al carácter, la conducta o las acciones de la persona, desde el punto de vista de la bondad o la malicia, pero son en el sentido de que involucra la apreciación desentendimiento o de la conciencia, o sea que implica al conjunto de facultades de lo que llamaríamos espíritu por contraposición a físico, por mas que sea éste a través de los sentidos, el camino de aquél. La tarea es oponerse a la deshumanización y a la muerte a partir de una especie de rehumanización que considere la sencillez y belleza como recursos fundamentales, y a los sentidos como el gran y verdadero capital, siempre que los procesos de la percepción, con lo suyo de innato y de aprendido, conduzcan a una conciencia social que actúe a favor del hombre mismo.
Omar Gasca/Febrero 2006.